jueves, 7 de enero de 2010

Cada vez nos importa menos la careta

Veo con asombro esta noticia:


Al parecer, el gobierno se ha cansado de que haya radios por ahí que ponen lo que quieren sin pasar por el aro (no vaya a ser que se creen disidentes al gobierno), así que ha decidido incrementar el control.

Además a partir de ahora el gobierno decide cuántos anuncios pone cada cadena y qué tipo de anuncios. Esta gente ni sabe cambiar de canal ni controlar a sus hijos y tenemos que pagar todos.

Es increíble como el estado ha sido capaz de lavarnos el cerebro y que ahora consideremos como positivos conceptos que antes se detestaban:
- El hecho de que el gobierno tenga que darte una autorización para que puedas emitir.
- El hecho de que existan unos señores que decidan que se puede emitir y qué no en televisión.

No hay que ser muy avispado para darse cuenta de que, establecido como normal estos controles, estos pueden llevar a justificar actuaciones contra grupos disidentes (si queda alguno, claro). Antes todas estas actuaciones se disfrazaban, pero últimamente se exponen con toda su crueldad fascista y totalitaria, la careta ya no importa, el pueblo está preparado para soportar cualquier cosa ya.

Mal, mal día para la libertad de expresión...